El amoniaco es utilizado como refrigerante desde el siglo XIX. Si, como lees, el amoniaco. Y es que el amoniaco no solo sirve para la limpieza, sino que también es un refrigerante natural. Además es el refrigerante más usado debido a sus propiedades termodinámicas. En la actualidad, la conciencia por el medio ambiente sobre gases fluorados nos obliga a utilizar refrigerantes más naturales como el amoniaco. Pero ¿Qué ventajas y desventajas tiene el amoniaco como refrigerante? Te las contamos.
Ventajas del amoniaco como refrigerante
Como hemos dicho, el amoniaco es un refrigerante natural y por tanto como tal tiene una serie de ventajas:
- Es uno de los refrigerantes más eficientes de la actualidad.
- Es el refrigerante más respetuoso con el medio ambiente que existe ahora mismo.
- Por sus características tiene un mayor rendimiento de transferencia de calor con lo que se reduce el tamaño de los componentes y gracias a ese mejor comportamiento termodinámico es posible reducir los costes de funcionamiento.
- El coste del amoniaco es muy inferior al de los HFC y además no paga impuestos medioambientales.
Desventajas del amoniaco como refrigerante
Al igual que todo, el amoniaco como refrigerante también tiene sus desventajas ¡Vamos a verlas!
- El amoníaco es tóxico y corrosivo y en determinadas concentraciones es inflamable. Es fundamental cuidar el diseño y la seguridad de las plantas frigoríficas. En concentraciones mayores de 1000 ppm las dificultades para respirar aumentan y por encima de 2500 ppm es realmente peligroso para la vida humana. Nuestra capacidad olfativa es capaz de detectar concentraciones de 5 ppm.
Por tanto, la única desventaja que tiene el amoniaco como refrigerante nos hace dudar de su fiabilidad, pero con un buen diseño y seguridad de las plantas donde se utiliza este tipo de refrigerante, te decimos que es una de las mejores soluciones en este momento.
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