La importancia de cumplir las normativas que determinan un proceso adecuado de lo referido a las temperaturas, y de los elementos que regulan la termometría, permite controlar a través de termómetros un proceso cuya calidad es imprescindible en la industria.
Tener un exhaustivo control de las temperaturas en el desarrollo productivo referido a la manipulación de los alimentos, se convierte en una cuestión que nos garantiza la seguridad alimentaria. Para que esa función se desarrolle adecuadamente, los empleados deben controlar parámetros estrictos en cuanto a la higiene que garanticen la correcta conservación alimentaria. Las temperaturas adecuadas son indispensables no solo para el frío también en procesos como la cocción, evitado en cualquier otro caso la reducción del riesgo de aparición de bacterias o la descomposición de la materia prima. Este conocimiento del operario debe referirse a cada instrumento de medición, sabiendo que no todos los termómetros van a presentar los mismos rangos.
El uso del frío como garantía de que los productos almacenados conserven sus cualidades y características originales es clave en cualquier proceso que se realice con alimentos. De ahí que exista un elemento principal en este proceso: el termómetro. Será el encargado de verificar y medir temperaturas del equipo de equipo de refrigeración industrial. Se trata de la termometría. Hoy día, las industrias dedicadas a la alimentación o a la manipulación de productos con destino al consumo humano, presentan termómetros, termopares, radiadores y similares que nos garantizan una cadena eficaz de frío. Y también para el calor, ya que en esos procesos se convierten también en factores garantes de la calidad de la cadena y la ausencia de riesgos para el consumidor final.
Para realizar unas mediciones adecuadas se cuanta con diversas escalas de medición en termometría, utilizando la mayoría de ellas los grados como unidad de medida. En escenarios científicos podemos encontrar medidas en escala Kelvin o incluso en grados Celsius cuando estamos en países concretos como el Reino Unido. Los trabajadores implicados en esta seguridad deben estar formados para el uso adecuado de cualquiera de los dispositivos señalados. Hay que capacitarse en cuestiones como los equilibrios términos para poder sacar conclusiones e interpretaciones acertadas. La termometría propicia que el elemento alcance los valores originales del sistema frigorífico y traducirlos en cifras.
Dependiendo de las propiedades de lo que se busque preservar controlaremos la temperatura de distinta manera. La carne cruda puede estar refrigerada hasta tres días, el pescado fresco es preferible congelarlo para una mayor garantía, la leche o postres tendrán un periodo de cuatro días. Otros elementos como aceites, productos de bollería, envases de leche cerrados o alimentos secos como el arroz tienen una vida larga sin necesidad de frío. Hay que precisar que a temperatura más baja menos incidencia de proliferación de microorganismos.
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